Omoño tiene magia, como también la desprende esta encantadora y rotunda casa de piedra, por encontrarse en un enclave que aúna a la perfección los elementos más buscados en una propiedad, objeto de convertirse bien en segunda residencia familiar bien en la habitual: naturaleza en su máxima expresión, la proximidad a la costa occidental Cántabra más bonita y no podemos olvidarnos del Golf y de la práctica de todo tipo de deportes en general.

Seguro que alguna vez has soñado con dejarlo todo, vivir en contacto con la Naturaleza, cerca de Mar y las Montañas no muy lejos de la ciudad y quizás si eres un apasionado del Golf ¿Por qué no además cerca de un emblemático campo de Golf como lo es el de Pedreña?.

Una propiedad con corazón, un jardín con alma. Es imposible no dejarse atrapar por la magia que desprende el conjunto de ambos. Espacios comunes con especial encanto que invitan a disfrutar de veladas íntimas, reuniones en familia, cenas interminables con amigos enmarcadas por un impresionante salón, diáfano, con grandes ventanales que le dan un ambiente cálido de dulce hogar acentuado por la chimenea protagonista del salón, regalando vistas a los árboles frutales que visten el magnífico jardín de más de ochocientos metros, al que se asoma con soberbia el bonito porche principal tan apetecible, elegante y sencillo.

Desde la entrada principal tenemos una visual completa de la propiedad tan especial en la que nos encontramos. Su techo de doble altura es lo primero que llama la atención junto a su original escalera abierta. También merece digna mención su cocina ‘vintage’ en estado puro, conectada con el agradable porche. Las habitaciones de esta casa son más que generosas en espacio, una en la planta principal con el salón, la cocina y un baño. En la primera planta, un baño y dos habitaciones más con preciosas vistas. Una auténtica postal diaria que cambia en cada momento del día, al amanecer, al atarceder…

La propiedad de tus sueños, en un marco natural incomparable tanto por su situación estratégica que la coloca a escasos minutos de la costa, tan sólo a diez kilómetros de la playa de Langre, a doce kilómetros del Real Golf de Pedreña. A tan sólo veinte minutos del aeropuerto de Santander – Seve Ballesteros.

En definitiva un enclave privilegiado, rodeado de montañas con sus mantos verdes muy cercano a las playas de la zona de Somo, Loredo y Langre con sus famosos acantilados que se convierten en escenarios únicos perfectos por los que pasear, relajarse y desconectar. Cerca de Omoño hay pueblitos encantadores como Pontones, Suesa, Pedreña, Villaverde de Pontones, …, con una riqueza gastronómica especialmente destacada.

Omoño es una pedanía del municipio de Ribamontán al Monte. La localidad se encuentra a 30 metros de altitud sobre el nivel del mar, y a 6 kilómetros de la capital municipal, Hoz de Anero.
Cuenta con un patrimonio arqueológico como es la Cueva de La Garma debajo de la lona blanca.
En el monte de este pueblo se abre la Cueva de La Garma, a la que se llega desde el núcleo de población siguiendo un sendero. Un poco antes de ella se encuentra la Cueva del Mar.